Problemas de humedad y mascotas que ocasionan daños, son los dos principales problemas por los que los vecinos de la Capital han llegado a la comuna para someterse y resolver sus inconvenientes a través de la mediación.
En diciembre de 2008, a través del decreto 1.610, se creó el área de mediación y en un año han realizado más de 130 audiencias y han logrado resolver más del 50% de los conflictos. Los mediadores han intervenido en distintos conflictos: desde quejas por "el olor a empanadas", pasando por amores no correspondidos y denuncias compulsivas. En definitiva, diferentes facetas de un fenómeno que crece y que es la violencia vecinal.
En el decreto de creación del área se explica que "las disputas comunitarias originadas en las relaciones de vecindad son un fenómeno que se ha ido incrementando en el último tiempo". El objetivo también queda claro debido a que establece que "resulta conveniente fijar adecuadamente la operatoria de inserción de la mediación..., evitar dilaciones innecesarias en la tramitación, como asimismo lograr los resultados óptimos que impliquen ofrecer a los vecinos la posibilidad de superar sus diferencias siendo protagonistas de sus soluciones".
Las pautas que determinan cuándo un conflicto es mediable también están establecidas en el decreto: "Es menester la determinación de los conflictos mediables en el municipio, considerando conveniente englobarlos en los que se relacionen a las relaciones urbanas de vecindad, tales como cuestiones edilicias (medianería, filtraciones, mantenimiento), invasión de especies arbóreas, problemas de consorcio (expensas, mantenimiento, inconvenientes de convivencia, barrios privados), relacionales o de convivencia (discriminación, falta de respeto, estereotipos, representaciones negativas, violencia, invasión visual o sonora, olores desagradables, etcétera), uso de espacios comunes, tenencia de animales domésticos, disfuncionalidad de la comunicación, uso del espacio público, conflictos intra e interbarriales".
Pasos
"Cuando el vecino asiste a la Municipalidad, y en la mesa de entradas derivan su caso al área de Mediación, allí ya comienza el proceso siempre", explica María Martha Guiñazú, directora de Asuntos Legales de la comuna capitalina. La persona que denuncia deberá llenar un formulario para evitar acusaciones falsas y ese papel es el que es analizado luego por la mesa derivadora, que está conformada por el director de Asuntos Legales, el asesor letrado y los mediadores. En esa instancia se determina si el conflicto es mediable.
"Si por ejemplo hay algún problema de seguridad por una medianera que puede poner en peligro a la gente, se manda a Obras Privadas para que intervenga, actúe, solucione el problema y después se ve quién paga el arreglo", cuenta Guiñazú. Posteriormente se le notifica a la otra parte que tiene dos días para ir a la comuna, allí se le explica el problema y se le dan 3 días para que se defienda y presente su versión.
Mientras tanto, se va armando un expediente en el que se irán registrando las pruebas de los vecinos y las actuaciones de los mediadores. Después se juntan las partes, pero antes los mediadores pueden tener reuniones por separado para poder entender las causas del conflicto.
"En esa audiencia en privado se hace un anclaje de la realidad, se le explica al vecino que lo que pretende no es posible y se lo baja a la realidad", cuenta la mediadora Silvia Rodríguez. Si se llega a un acuerdo, se labra un acta que se adjunta al expediente. "Llegan con voluntad de negociar. Se resuelven los casos en dos o tres meses", agrega Guiñazú, quien destaca que los principios de la mediación son de carácter voluntario, confidencial y gratuito. Si lo desean, los vecinos pueden homologar en la Justicia el acuerdo alcanzado.
"Siempre describimos el conflicto como un iceberg y lo que no se ve es lo que causa el problema", cuenta la mediadora Silvia Rodríguez, y agrega: "La gente no puede verbalizar lo que le pasa y eso muchas veces le ocasiona problemas".
La mediadora advierte que "no hay que minimizar la violencia vecinal porque está. A las mujeres les recomendamos que cuiden a sus esposos y que no los manden a reclamar si ven que están muy enojados, porque el problema puede terminar peor. A los niños y jóvenes también hay que cuidarlos, porque, al igual que en otro tipo de relaciones, quedan de rehenes. Las madres se pelean por algún motivo y no los dejan juntarse con sus amigos que son los hijos de la vecina con quien tienen problemas. Después los chicos empezarán a agredir a la persona de la que le hablaron mal. Les hacemos entender que como padres están dando ejemplo".
Pero no siempre las cosas están tan mal. Hubo un caso en el que un vecino se quejaba de los olores que emanaban de una vivienda donde comercializaban comidas. Dijo que el olor que más le molestaba era el de empanadas. Así fue como acordaron hacer las empanadas en otro lado y continuar con el negocio abierto.