Mascotas a coste cero


Son muchos los niños que piden un cachorro como regalo de Navidad a Papá Noel o a los Reyes Magos. Una de las opciones que tienen los padres es adoptar alguna de las mascotas que ofrece, de forma totalmente gratuita, el Centro Municipal de Zoonosis.
Además, son entregados desparasitados, vacunados, con microchip y un bono de peluquería canina, tal y como explica África Martínez Ramírez, una de las tres veterinarias que está al frente del Centro Municipal de Zoonosis.
En la actualidad, hay disponibles entre 40 y 50 cachorros, la mayoría procedentes de camadas que han sido entregadas en el centro.
Quizá no sean de pura raza, aunque hay cruces -de fox terrier, de labrador o de bretón- que ofrecen una magnífica estampa. Y, en cualquier caso, casi seguro que serán tanto o más cariñosos que los de más refinado pedigrí.
Cualquiera que desee echar un vistazo puede pasarse por las instalaciones municipales, ubicadas en el Carril Torremolina, 110, de La Albatalía, de lunes a viernes, de ocho de la mañana a ocho de la tarde, ininterrumpidamente, o los sábados por la mañana, entre las ocho y las doce horas. Los domingos y festivos está cerrado. El teléfono es el 868 297578 begin_of_the_skype_highlighting 868 297578 end_of_the_skype_highlighting.
«En esta época del año -explica África Martínez- aumentan las visitas de padres con niños, en ocasiones sólo por entretenimiento. También vienen adultos solos porque quieren dar una sorpresa a sus hijos». Hay que saber que los cachorros que llevan collar es que ya han sido escogidos para adoptar. Y es que, desde que se elige mascota, se inicia un proceso que puede durar unos 15 días para ver cómo reacciona ante la primera vacuna contra el moquillo y la parvovirosis. Sólo transcurrido ese tiempo se puede llevar la mascota a casa.
Lo que sí advierten desde los servicios municipales de Salud es que tanto los padres como los niños han de ser responsables para que el capricho de un día de Navidad no se convierta en un problema en el verano. Y es que se da la circunstancia de que, en los meses estivales, los perros pueden ocasionar un problema para muchas familias, que no saben qué hacer con ellos porque no pueden -o no quieren- llevárselos de vacaciones. Por ese motivo, en verano aumentan considerablemente tanto el número de abandonos en la vía pública como de entrega en la perrera municipal.
Quienes adoptan deben saber, además, que contraen otras obligaciones o responsabilidades, como son cumplir una ordenanza municipal, que obliga a recoger las heces de los perros en la vía pública y a pasearlos sujetos con collar. Además, en el caso de perros de razas potencialmente peligrosas, han de obtener una licencia, que les obliga a hacer un seguro, y deben sacarlos con correa y bozal.
El Centro de Zoonosis tiene algún perro de raza peligrosa -2 pitbull y 1 rotweiler-, aunque éstos no se dan en adopción. Pero sí se pueden adoptar cualquiera de los 200 perros que no son cachorros y que pueden ser útiles para la casa de campo o de la huerta o incluso para la vivienda familiar, en función del espacio disponible.
Cabe resaltar que desde que el Ayuntamiento, a través de la Concejalía de Sanidad, que dirige Fulgencio Cervantes, puso en marcha el programa de Adopción de Animales de Compañía a finales de 1997, éstas han experimentado un importantísimo crecimiento, llegando a las 632 adopciones en 2009.
También es significativo el número de ingresos que se producen en el Centro de Zoonosis cada año, en torno a 3.300. Es responsabilidad de la Concejalía de Sanidad evitar que los perros abandonados en la vía pública puedan crear problemas, incluso de salud pública, ya que se trata de animales no controlados sanitariamente y que pueden ser portadores de gran cantidad de enfermedades infecciosas o parasitarias. Los servicios de Zoonosis están de guardia las 24 horas y realizan, incluso, recogidas a domicilio.

Límites entre amos y mascotas


En los últimos años, el número de mascotas en el país se ha incrementado considerablemente; sin embargo, los lazos estrechos podrían derivar en apego excesivo, que altera el equilibrio emocional del dueño y el animal, dice Angelina Guerrero Luna, de la Facultad de Psicología de la UNAM, según "El Universal".

La investigadora explica que una de las desventajas de esta relación radica en el egoísmo del ser humano, que piensa que los animales pueden suplantar su soledad y los trata como si fueran personas: los "humaniza" con el afán de satisfacer sus carencias personales.

Este comportamiento, añade, no contribuye a su cuidado, salud y ejercicio físico, ya que la relación desnaturaliza la vida de las mascotas, por un lado, y da una existencia artificial y de encierro, por el otro.

La desaparición de los límites interespecie y los derivados entre mascotas y amos puede generar confusión, estrés e inseguridad a ambos. "Las respuestas del animal pueden ser de ansiedad, desesperación, temor o sensación de abandono; pasa por el olvido si es confinado en departamentos o azoteas, o deambula en la calle con efectos malos en la comunidad", dice la experta.

Este comportamiento deriva en respuestas agresivas hacia los individuos, y coloca a los animales en riesgo de salud con epizootias (enfermedad contagiosa que ataca a un número inusual de animales). Cuando son abandonados a su suerte suelen ser sacrificados o mueren en accidentes de tránsito.