¿Entrenar o Educar, tarea imposible?

Cuando tenemos un perro queremos que este se comporte siguiendo algunas reglas para poder hacer la convivencia placentera, por lo tanto nuestro engreído debe ajustarse a las reglas de la “camada” si no habrá problemas. Las reglas pueden ser muchas pero entre las más frecuentes tenemos: Hacer sus necesidades en un lugar determinado de la casa o cuando sale a la calle. No subir a los muebles. Saludar a las personas de manera adecuada y sin saltar. No romper objetos de la casa. Seguir un horario de comidas, alerta – sueño, juegos y paseos acordes con los de la familia o el resto de la “manada”, como nos ve el perro desde su ángulo. Hablo del ángulo en que ve el perro las cosas porque esto es muy importante. Antes de intentar enseñar algo a nuestra mascota debemos generar un canal de comunicación con él. Que el entienda lo que queremos decirle y entender nosotros lo que él intenta comunicarnos. Con el paso de los años, todas las especies tienen como meta en la vida una cosa muy básica y elemental: la conservación de la especie en el tiempo, es decir la supervivencia. Para esto debe ser fuerte y sano, asegurándose de tener crías sanas, alimentarse, buscar refugio y procrear. El perro ha simplificado esto aun más, ya que el hombre lo adoptó y en realidad ya no tiene mucho por qué preocuparse (refiriéndonos a perros que tienen un dueño que se ocupa de ellos) se comportan haciendo y repitiendo lo que les brinda placer y evitando lo que les genera dolor o malestar. Esta es la clave que debemos usar para poder enseñar algo a nuestra mascota. La diferencia entre entrenar y educar: Cuando educamos estamos enseñando al perro a comportarse dentro de los límites aceptados de la convivencia, mientras que cuando entrenamos enseñamos una acción muy determinada con un principio y fin que el perro puede anticipar (por ejemplo, deportes caninos, trucos de circo, trucos caseros, etc.). Aunque se puedan usar técnicas muy parecidas para lo uno y lo otro se trata de situaciones muy distintas. Es importante informarse y saber muy bien lo que se está haciendo. Si repetimos, sin saber la base teórica, un video que vimos en YouTube o en la televisión con nuestro perro podemos obtener el resultado que buscamos o no, es decir lo estaremos dejando al azar. Está comprobado científicamente que los perros pueden anticipar lo que va a suceder si esto ocurre de manera repetida. En una experiencia muy interesante se juntó un grupo de perros, todos ellos salivaban cuando veían el plato de comida, sentían su olor y finalmente lo comían. Quisieron comprobar si el perro sería capaz de anticipar, entonces cada vez que les daban de comer tocaban unas campanas. Luego, tocaban las campanas antes de que llegue la comida y todos los perros salivaban al escuchar las campanas sin haber visto ni olido la comida. Este es un gran descubrimiento que nos ayuda a entender hasta dónde llega el razonamiento o pensamiento canino, realmente increíble. Basados en este estudio, se crean todas las técnicas de entrenamiento. Educar o entrenar a un perro es algo que demora, no se puede hacer en una tarde. Hay que dedicarle tiempo y hay que emplear técnica. Los bocaditos son un premio excelente para enseñar a nuestro perro, un bocado muy pequeño es suficiente. Por ejemplo, enseñamos a traer la pelota. Cada vez que el perro la trae correctamente recibe un bocado. El perro anticipará esta acción placentera y la relacionará con la entrega correcta de la pelota. Por lo tanto, al final repetirá la conducta cada vez que se le pida. Hay que hacerlo repetidas veces hasta que el perro capte que esta acción nos gusta y por ello recibirá el premio. Igual al momento de educar. Como no siempre podemos tener alimento para perro en nuestros bolsillos, una vez que el perro haya entendido completamente la relación entre acción bien realizada –podemos postergar unos segundos o minutos el premio usando nuestra voz. Usando palabras cortas le diremos que lo que hizo está bien y el perro sabrá que va a ser premiado, así no sea en ese mismo momento. Para este fin existe un aparatito muy útil llamado “clicker” con muy buenos resultados comprobados, yo lo recomiendo. Si vamos a usar la voz tres palabras cortas son suficientes: Bien: quiere decir que lo que está haciendo está bien y debe seguir haciéndolo. Por ejemplo, si le decimos “siéntate” y el perro se sienta al otro lado de la sala al decir este comando entenderá que debe permanecer sentado hasta que lo “liberemos” y ahí podrá reclamar su premio. Yes: quiere decir que lo que hizo está bien y esta liberado para esperar su premio. No: quiere decir que lo que está haciendo es inaceptable y debe dejar de hacerlo inmediatamente. Con el tiempo, paciencia, mucho amor y un entrenamiento continuo podemos lograr no solo que nuestro perro se comporte correctamente sino también que aprenda algún deporte canino o algunos trucos que podemos disfrutar con el. Esto va a generar un vínculo muy especial y pasarán gratos momentos juntos. Además, es muy probable que si inician esto observando resultados, tengan ganas de investigar y aprender mucho más sobre el tema. Es muy interesante y resulta muy divertido. Pruébenlo!

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