El trabajo fue desarrollado por la investigadora Sylvia Gudiño, quien se dio a la tarea de identificar los factores que estimulan la aparición de caries a temprana edad en los niños costarricenses.
Estudios previos de especialistas de la UCR ya han demostrado que 36 de cada 100 niños de entre uno y dos años que habitan en el área metropolitana presentan algún signo de caries.
Esta prevalencia es significativa si se toma en cuenta que las enfermedades en los dientes solo afectan a cinco de cada 100 menores en Estados Unidos.
“Los padres no cuidan como deben la salud bucodental de los pequeños, pensando que son males que se presentan a edades más avanzadas, pero esta idea es un error que trae consecuencias para toda la vida”, dijo la experta, quien advirtió que la prevalencia en las zonas rurales del país podría ser mayor.
El estudio. Para realizar la investigación, Gudiño seleccionó a 205 niños de entre uno y dos años que ya presentaban al menos una carie y los comparó con otros 209 cuya dentadura estaba sana.
Esto lo hizo al realizar una evaluación odontológica de los pequeños y aplicar un cuestionario a las madres de los menores, el cual valoró los hábitos de alimentación e higiene bucodental.
Los participantes fueron elegidos tras su visita a centros de salud en San José.
Como resultado, se halló que el consumo en exceso de alimentos azucarados y desde temprana edad es uno de los principales factores que afectan la salud dental de los niños costarricenses.
A un 86% de los menores evaluados ya se les añadía azúcar al biberón y se les daba alimentos como gelatinas y helados antes de cumplir los seis meses de edad.
Gudiño indicó que el análisis de casos reveló un riesgo 2,4 veces mayor de desarrollar caries en este grupo de infantes, en comparación con los que probaron alimentos azucarados más tarde.
Asimismo, se halló que los bebés con caries solían consumir confites más frecuentemente que cualquier otro dulce sólido.
La experta resaltó que el peligro que presentan los productos azucarados para la dentadura de los niños también incluye medicamentos especiales para ellos.
Se encontró que los niños con caries habían sufrido de enfermedades respiratorias y por ende consumido jarabes azucarados.
“Esta costumbre hace que la boca del niño se convierta en un ambiente propicio para la reproducción de bacterias, que luego van desgastando el esmalte de los dientes hasta ingresar y dañar la estructura interna”, dijo Sylvia Gudiño.
Leche materna. El análisis confirmó también hallazgos anteriores sobre la protección que brinda la leche materna a los infantes.
Un bebé sin historia de lactancia natural tiene un 84% más de riesgo de adquirir caries en sus dientes respecto a aquellos que sí fueron amamantados.
Según Gudiño, esto se debe al efecto inmunológico de la leche materna, que estimula las defensas naturales del organismo del bebé para combatir las enfermedades.
Sin embargo, la experta explicó que la leche humana también contiene lactosa (azúcar), la cual alimenta las bacterias en la boca que dañan los dientes, si no se tiene una buena higiene.
Estudios previos de especialistas de la UCR ya han demostrado que 36 de cada 100 niños de entre uno y dos años que habitan en el área metropolitana presentan algún signo de caries.
Esta prevalencia es significativa si se toma en cuenta que las enfermedades en los dientes solo afectan a cinco de cada 100 menores en Estados Unidos.
“Los padres no cuidan como deben la salud bucodental de los pequeños, pensando que son males que se presentan a edades más avanzadas, pero esta idea es un error que trae consecuencias para toda la vida”, dijo la experta, quien advirtió que la prevalencia en las zonas rurales del país podría ser mayor.
El estudio. Para realizar la investigación, Gudiño seleccionó a 205 niños de entre uno y dos años que ya presentaban al menos una carie y los comparó con otros 209 cuya dentadura estaba sana.
Esto lo hizo al realizar una evaluación odontológica de los pequeños y aplicar un cuestionario a las madres de los menores, el cual valoró los hábitos de alimentación e higiene bucodental.
Los participantes fueron elegidos tras su visita a centros de salud en San José.
Como resultado, se halló que el consumo en exceso de alimentos azucarados y desde temprana edad es uno de los principales factores que afectan la salud dental de los niños costarricenses.
A un 86% de los menores evaluados ya se les añadía azúcar al biberón y se les daba alimentos como gelatinas y helados antes de cumplir los seis meses de edad.
Gudiño indicó que el análisis de casos reveló un riesgo 2,4 veces mayor de desarrollar caries en este grupo de infantes, en comparación con los que probaron alimentos azucarados más tarde.
Asimismo, se halló que los bebés con caries solían consumir confites más frecuentemente que cualquier otro dulce sólido.
La experta resaltó que el peligro que presentan los productos azucarados para la dentadura de los niños también incluye medicamentos especiales para ellos.
Se encontró que los niños con caries habían sufrido de enfermedades respiratorias y por ende consumido jarabes azucarados.
“Esta costumbre hace que la boca del niño se convierta en un ambiente propicio para la reproducción de bacterias, que luego van desgastando el esmalte de los dientes hasta ingresar y dañar la estructura interna”, dijo Sylvia Gudiño.
Leche materna. El análisis confirmó también hallazgos anteriores sobre la protección que brinda la leche materna a los infantes.
Un bebé sin historia de lactancia natural tiene un 84% más de riesgo de adquirir caries en sus dientes respecto a aquellos que sí fueron amamantados.
Según Gudiño, esto se debe al efecto inmunológico de la leche materna, que estimula las defensas naturales del organismo del bebé para combatir las enfermedades.
Sin embargo, la experta explicó que la leche humana también contiene lactosa (azúcar), la cual alimenta las bacterias en la boca que dañan los dientes, si no se tiene una buena higiene.
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