Son los mejores amigos del hombre, los compañeros de juegos de los niños y fuentes de cariño incondicional. La relación entre seres humanos y mascotas puede llegar a ser tan próxima como la que se tiene con los amigos. "Muchas personas creen que el ser humano tiene una relación sólo con los demás humanos y cada vez que surge una relación más fuerte con una mascota se asume que se busca compensar o sustituir otra. Eso no es verdad: si yo tengo un perro, no significa que no tenga novia, padre o hijo. Son cosas diferentes", explica el veterinario italiano, Roberto Marchesini, experto en apego animal.
Marchesini -invitado a Chile a dictar una charla a la Escuela de Veterinaria de la Universidad Mayor en el marco del Diplomado Internacional en Terapia Asistida con Animales- es un erudito en el tema del vínculo entre hombres y animales. Es Presidente de la Sociedad Italiana de Ciencias del Comportamiento Aplicadas y director de la Escuela de Interacción Hombre Animal, enseña Ciencias del Comportamiento en diversas universidades italianas.
Con Cariño, pero Sin Humanizar
El experto encuentra nocivas esas relaciones en que los dueños humanizan tanto a sus animales que los tratan como si fueran niños, los visten y alimentan de formas especiales, caracterizándolos como a un pequeño humano. "No puedes confundir los papeles, lo que yo le pido a un perro es diferente de lo que le voy a pedir a un hijo. Si confundo estas cosas no voy a vivir en plenitud esta relación: si mi perro es como mi hijo, cuando nazca mi hijo el riesgo es que voy a olvidar al perro". En cambio, advierte que si la persona tiene con sus mascotas actividades propias de la relación con un animal, y que tienen valor por sus propias características, esa relación se mantendrá.
Marchesini explica, además, que hay distintas dimensiones en las que puede darse la relación entre amos y mascotas, las que dependen de qué se busca de ella. "Por ejemplo, en una dimensión el amo puede ser el que cuida y el animal el cuidado; en otras, la mascota será la base segura de una persona", enuncia Marchesini.
La relación que se establezca con la mascota también dependerá del tipo de animal. No se establece el mismo vínculo con un perro que con un gato. "La relación con el perro es colaborativa, con el gato es de convivencia. A las personas les gusta mirar a los gatos por su estética, porque son graciosos y juegan. La relación con el perro es de hacer algo juntos, colaborar, construir un grupo mixto", cuenta Marchesini.
Los Desafíos de Trabajar con Animales
Si la relación entre una mascota y su amo ya es complicada, la interacción que se produzca cuando una persona trabaja con su mascota, lo es aún más. Bien lo sabe Cecilia Marré, decana del Diplomado Internacional en Terapia Asistida con Animales, quien -además- es directora de Bocalán Confiar, institución que promueve la terapia con animales. Para ella, el diplomado "es una necesidad en Chile porque la terapia asistida que realizamos está creciendo de manera muy rápida. La idea es estandarizar de alguna forma el trabajo, las normas y el marco contextual bajo los cuales la terapia asistida con animales funciona".
Según Marchesini, para que la relación hombre-animal funcione en trabajos como la terapia asistida es fundamental que exista un compañerismo muy fuerte. "Saber estar juntos es central. Siempre se debe tener al animal en las mejores condiciones, es mucho más que una relación de propietario, porque se trabaja con tu perro o gato y deber saber los aspectos que pueden ser críticos para él. Hay que tener más empatía y más atención", dice Marchesini.
Y aunque desde cualquier ángulo la relación entre personas y animales es beneficiosa, Marchesini llama a recordar que los animales no son juguetes, ni sustitutos, y que hay que establecer una correcta relación con ellos: "Lo importante es aceptar la especie por lo que es, sin intentar que los animales sean niños", concluye.
Marchesini -invitado a Chile a dictar una charla a la Escuela de Veterinaria de la Universidad Mayor en el marco del Diplomado Internacional en Terapia Asistida con Animales- es un erudito en el tema del vínculo entre hombres y animales. Es Presidente de la Sociedad Italiana de Ciencias del Comportamiento Aplicadas y director de la Escuela de Interacción Hombre Animal, enseña Ciencias del Comportamiento en diversas universidades italianas.
Con Cariño, pero Sin Humanizar
El experto encuentra nocivas esas relaciones en que los dueños humanizan tanto a sus animales que los tratan como si fueran niños, los visten y alimentan de formas especiales, caracterizándolos como a un pequeño humano. "No puedes confundir los papeles, lo que yo le pido a un perro es diferente de lo que le voy a pedir a un hijo. Si confundo estas cosas no voy a vivir en plenitud esta relación: si mi perro es como mi hijo, cuando nazca mi hijo el riesgo es que voy a olvidar al perro". En cambio, advierte que si la persona tiene con sus mascotas actividades propias de la relación con un animal, y que tienen valor por sus propias características, esa relación se mantendrá.
Marchesini explica, además, que hay distintas dimensiones en las que puede darse la relación entre amos y mascotas, las que dependen de qué se busca de ella. "Por ejemplo, en una dimensión el amo puede ser el que cuida y el animal el cuidado; en otras, la mascota será la base segura de una persona", enuncia Marchesini.
La relación que se establezca con la mascota también dependerá del tipo de animal. No se establece el mismo vínculo con un perro que con un gato. "La relación con el perro es colaborativa, con el gato es de convivencia. A las personas les gusta mirar a los gatos por su estética, porque son graciosos y juegan. La relación con el perro es de hacer algo juntos, colaborar, construir un grupo mixto", cuenta Marchesini.
Los Desafíos de Trabajar con Animales
Si la relación entre una mascota y su amo ya es complicada, la interacción que se produzca cuando una persona trabaja con su mascota, lo es aún más. Bien lo sabe Cecilia Marré, decana del Diplomado Internacional en Terapia Asistida con Animales, quien -además- es directora de Bocalán Confiar, institución que promueve la terapia con animales. Para ella, el diplomado "es una necesidad en Chile porque la terapia asistida que realizamos está creciendo de manera muy rápida. La idea es estandarizar de alguna forma el trabajo, las normas y el marco contextual bajo los cuales la terapia asistida con animales funciona".
Según Marchesini, para que la relación hombre-animal funcione en trabajos como la terapia asistida es fundamental que exista un compañerismo muy fuerte. "Saber estar juntos es central. Siempre se debe tener al animal en las mejores condiciones, es mucho más que una relación de propietario, porque se trabaja con tu perro o gato y deber saber los aspectos que pueden ser críticos para él. Hay que tener más empatía y más atención", dice Marchesini.
Y aunque desde cualquier ángulo la relación entre personas y animales es beneficiosa, Marchesini llama a recordar que los animales no son juguetes, ni sustitutos, y que hay que establecer una correcta relación con ellos: "Lo importante es aceptar la especie por lo que es, sin intentar que los animales sean niños", concluye.
