El tercer aniversario de la revista «Escaparate de Sevilla» que dirige Mario Niebla del Toro (las mejores patillas del «couché») fue la excusa perfecta para organizar una de esas veladas que llevan el sello de esta revista, donde los protagonistas suelen ser los andaluces más conocidos o reconocidos y donde el buen gusto salpica cada una de sus páginas que bien podrían ser la versión actual de la clásica «La Moda de España» sólo que con aires del sur.
Se premió la labor y trayectoria de nombres como la duquesa de Fernandina, Juan Antonio Ruiz Espartaco, Isabel Solís Martínez Campos, Juan Robles, Jesús Quintero, Carlos Amigo o la princesa Beatriz de Orleáns. Como suele ocurrir, la presencia de la duquesa de Alba fue la más aclamada y es que en Sevilla la adoran, igual que ella adora vivir en esa ciudad, donde quiere pasar el resto de su vida (hasta se ha comprado una tumba para descansar eternamente en esa tierra).
Lo original de la convocatoria fue que los invitados podían acudir con sus mascotas y de ahí que la duquesa posara feliz al lado de todos los perritos que se le acercaron además de amadrinar los galardones a las mejores mascotas, labor que compartió con la duquesa de Escalona. Sin premio pero con un óscar de la renta en flores malvas y pamela a juego llegó Carmen Lomana dispuesta a apoyar el acto. Últimamente el perejil de todas las salsas y encantadora a pesar de lo que digan. Muy cerca de la duquesa de Alba estuvo el sacerdote Ignacio Sánchez Dalp, sobrino de su amiga Pepita Saltillo, y un hombre fundamental en la vida actual de la aristócrata y hasta en la de su novio, Alfonso Díez. Él mejor que nadie sabe lo que quiere y siente la duquesa y sus planes con el funcionario. A fin de cuentas es su asesor espiritual y su confesor.
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