Los ectoparásitos son aquellos bichos que se hospedan y causan daño en la piel del huésped. En general, estos parásitos están divididos en dos grupos: arácnidos (garrapatas y ácaros) e insectos (pulgas).
Las garrapatas se alimentan de la sangre del animal, en este caso del perro. Este tipo de parásitos tienen en su cabeza palpos con los que van inspeccionando a quienes los hospedan. También tienen un abdomen que aumenta varias veces su tamaño según las veces que se alimente, siendo capaz de almacenar una impresionante cantidad de sangre.
Por su lado, los ácaros, que tienen un cuerpo redondo y achatado, se alimentan de las escamas de la piel del perro, logrando hacer túneles bajo la piel, que es donde viven y ponen sus huevos. Un perro puede hospedar miles de estos ácaros en su piel. En cambio las pulgas, provocan reacciones alérgicas en las mascotas y son conocidas por lograr saltos de dimensiones impresionantes.
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