El mejor pienso, una caricia


Quien más, quien menos, todos hemos tenido a lo largo de nuestra vida una mascota, sobre todo recordamos con especial cariño aquellas que teníamos cuando éramos pequeños. Luego llegabas al recreo y tu popularidad se medía en base a las hazañas que hubiese logrado tu compañero, la mayoría de las veces, canino o felino.
Pero hoy ya no se pregunta lo de “¿qué mascota tienes?, sino: “¿pero es real?”. Y es que los videojuegos en los que te tienes que hacer cargo de los cuidados de un animalillo virtual están cada vez más de moda. Pero la realidad, esa que intentan reducirnos a una pantalla de cuatro pulgadas, es muy diferente y no nos podemos escapar de ella apretando el “off”.
Por ello, es cada vez es más necesario que nos concienciemos de la importancia de asumir responsabilidades a la hora de cuidar de nuestras mascotas.
El verano se acaba poco a poco, con más calor que nunca en nuestra ciudad pero con una preocupante constante: el creciente abandono de perros y gatos. Son muchos los que, durante la época estival, al no saber que hacer con sus mascotas, acaban por abandonarlas “tirándolas a la basura directamente o arrojándolas al río, o incluso envenenándolas para provocarles la muerte”, apunta Rosa Jarrín, presidenta de Progape.
Progape es una asociación protectora de animales sin ánimo de lucro que desde hace quince años se encarga de la gestión de las instalaciones de la perrera municipal de Ourense ubicada en Vilar das Tres.
Allí, a día de hoy, se acogen a unos 550 perros y 70 gatos, una cifra que ha descendido notablemente desde hace un par de años ya que la recogida de estos animales se limitó a la capital de provincia por el cambio en la legislación que obliga a cada concello a responsabilizarse de los animales abandonados en su territorio.

Cuidados y tratamiento
Este recorte en el número de animales y la ampliación hecha en las instalaciones el año pasado ha mejorado la calidad de vida de los perros y gatos al evitar la masificación y el consiguiente estrés que les provoca.
La protectora ourensana no sólo recoge a perros y gatos abandonados sino que también se ocupan de curar a aquellos que estén enfermos o heridos. Para tal fin se habitaron seis patios para perros, una gatera con tres zonas diferenciadas para gatos, una sala de operaciones y un hospital para los que necesiten permanecer ingresados.
“En todo 2009, dimos en adopción a 450 perros y gatos”, explica Rosa Jarrín, quien se muestra esperanzada al afirmar que “este año parece que se alcanzará el mismo número o incluso parece que se puede superar”. La cifra de abandonos se acerca a la de adopciones, pero, por suerte, no la supera.

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