“4 Patas”, inició en 2009 gracias a la iniciativa de Mirta Gonzáles Carballedo –fotógrafa, artista y eximia mascotera- lo que en un principio arrancó como un espacio de tránsito para las mascotitas de algunos amigos que tenían que viajar por varias semanas, se fue difundiendo de boca en boca y así nació esta pequeña empresa, que busca, además de dar lugar a los animales, ofrecerles verdadera contención y lograr “que se sientan como en casa”, explica su creadora.
La instalación cuenta con un amplio jardín, una superficie cubierta y libre tránsito de las mascotas por el parque y la casa, aunque con sectores debidamente separados para las razas de animales más pequeñas de las más grandes. “En 4 Patas, no hay caniles, la filosofía es que los animalitos se sientan como en su casa. Atendiendo sus necesidades, con cariño, responsabilidad y pulcritud”, señala Mirta.
En la casa se pensionan todo tipo de animales y allí, en un ambiente acogedor, residen según lo que se requiera –puede ser desde un día, hasta varios meses-. “Yo soy mascotera y gracias a mi actividad, puedo estar pendiente de ellos todo el día, además cuento con la atención de un médico veterinario que me orienta y atiende a los animalitos en caso de que sea preciso. Es un trabajo que requiere dedicación, me preocupo de que todos coman, que no se lastimen; a veces algunos animales se estresan durante los períodos en que su familia se ausenta, por eso mi mayor preocupación es que estén en un ambiente de contención, que no se sientan abandonados, eso exige también una fuerte vinculación emotiva con las mascotas, más allá del negocio”, explica.
En la pensión hay tres tipos de ingreso: El de familias que vacacionan; pensión por cirugía y un tipo de pensión con tarifa diferenciada para aquellos animales que fueron rescatados por vecinos o integrantes de distintas organizaciones de cuidado animal y que están a la espera de ser adoptados.
Para el ingreso, se le realiza a cada mascota una ficha en la que se indica todos los datos relevantes, si llevan algún tratamiento veterinario, dónde se atienden, números de contacto, alimento; además para ser aceptados, deben contar con el certificado de vacunación al día, pipeta (para evitar el contagio de parásitos durante la estadía) y collar.
Mirta, cuenta que la experiencia es “sumamente gratificante”; “intento generar un ambiente pacífico, dada la sensibilidad de los animales, por ejemplo si llueve y hay truenos, me preocupo de que estén todos a resguardo en el espacio cubierto y con música para que no se alteren, por otra parte no recibo razas que son comúnmente agresivas y que podrían lastimar a otros ‘pensionistas’, aunque las razas más pequeñas están separadas de las más grandes por razones de seguridad”, explica.
Además, asegura que si bien la pensión de mascotas no funciona como un centro de adopción, a través de la difusión de la labor de rescatistas, se han logrado felices adopciones. “En este tiempo me ha tocado dar pensión a tres casos de animalitos con enfermedades terminales, si bien uno no realiza ningún tipo de milagro ante un diagnóstico determinado, lo cierto es que uno logra dar contención en estos casos, para que mueran de forma digna y no como ocurre muchas veces- agonizando en situación de calle”.
Este es el primer año ‘fuerte’ de 4 Patas, con espacio para 8 a 10 pensionistas, con servicios de menú diario y baño –opcional- cuidados especiales para aquellas mascotas que lo requieran y hasta Reiki para mascotas. Además, la pensión cuenta con una página en la red social Facebook, a través de la cual los dueños pueden mantenerse al tanto de cómo está su mascota y ver fotos y videos del espacio.
Las mascotas toman vacaciones en "4 Patas"
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