Durante los días cercanos a las fiestas de Navidad y Fin de Año se pierde la mayor cantidad de perros, que huyen asustados por los estruendos de la pirotecnia. Para estos animales es uno de los momentos más traumáticos del año porque sufren sobremanera los ruidos de petardos y bombas.
Los perros tienen mayor sensibilidad auditiva: su oído es cuatro veces más sensible que el nuestro y por eso perciben sonidos que nosotros ni siquiera escuchamos. No se puede evitar que sientan miedo ante las explosiones, pero si están acompañados por su familia, se sienten más contenidos. Estar con su dueño es la recomendación ideal, pero esto no siempre es posible, ya que algunas personas no festejan en su casa, sino en la de otros familiares o amigos.
Si queda solo
En caso de que el animal quede solo es importante que permanezca dentro de la casa, en alguna habitación encerrado. No tiene que haber ventanas ni puertas de vidrio, ya que ante la desesperación por los ruidos, puede intentar escapar de cualquier forma y corre el riesgo de lastimarse.
Los especialistas explican que algunas mascotas pueden entrar en pánico, por eso es importante no dejar cables sueltos con los que se puedan enredar. Por esta misma razón tampoco hay que dejarlo atado, porque puede saltar y ahorcarse.
Lo ideal es disponer de una habitación amplia, donde el animal previamente se sienta cómodo. Allí se le debe dejar una radio o televisor encendidos a un volumen bastante alto, abundante agua y comida, una luz encendida y algún juguete o algo para morder.
La médica veterinaria Cristina Pagani ofrece una solución casera y bastante sencilla: “La compañía es fundamental. Pero si uno no puede estar con la mascota, tiene que dejarla encerrada en una habitación que no tenga peligros: ni vidrios ni cables. Se le pueden poner unos tapones de algodón en los oídos para mitigar los ruidos de las explosiones y dejarles una radio o televisor prendidos”.
¿Se puede medicar?
Existen gotas o pastillas tranquilizantes para mascotas, que en algunos casos pueden ser una buena alternativa. Pero es muy importante que sea el veterinario el que las recete, y que establezca la dosis adecuada, según la edad y peso del animal. Pagani advierte que si el animal es epiléptico, sufre del corazón, es demasiado joven o muy viejo, estos sedantes pueden tener efectos adversos.
Otra opción, sobre todo si uno viaja, es dejar al animal en una guardería donde le propicien los cuidados adecuados.
Por último, si uno no toma las medidas recomendadas, el animal, en su desesperación, puede escaparse. Por eso es aconsejable colocarle en el collar el número de teléfono o dirección de su dueño. Si no hay tiempo o dinero para hacerle una medalla de metal, se puede solucionar pegándole un papel en el collar con los datos para que pueda volver a su hogar.
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ADEMÁS
Riesgos para la salud visual
Llegan las fiestas y nos preparamos para disfrutar en familia. Sin embargo, es necesario tener en cuenta ciertas cuestiones para prevenir accidentes, que pueden causar daños irreparables en nuestra salud visual.
De acuerdo al Dr. José María Mugica de la Clínica de Ojos Dr. Nano “son jornadas con gran cantidad de incidentes en los servicios de oftalmología. La gente pierde la noción del peligro: chicos y grandes juegan con pirotecnia sin el menor cuidado”.
Es más frecuente que resulte lesionado quien observa y no quien lanza la pirotecnia.
“Entre los elementos que más daño causan a nivel oftalmológico figuran la pirotecnia y los corchos. Estos pueden provocar desde traumatismos oculares, sangrados internos, quiebres de huesos o hasta pérdidas parciales o totales de la visión”, puntualiza el profesional. Para evitar estos accidentes el Dr. Mugica recomienda: no dejar que los chicos manejen pirotecnia; no ponerla en los bolsillos y evitar colocar petardos en recipientes de vidrio o latas; evitar fabricar pirotecnia casera; cubrir los corchos que se van a destapar con repasadores o toallas; apuntar la botella hacia donde no haya personas; no mirar en forma directa la botella; evitar balancear las bebidas espumantes; en caso de accidentes oculares no tocar los ojos, cubrir el ojo afectado con una gasa y concurrir a un centro oftalmológico lo más rápido posible
Los perros tienen mayor sensibilidad auditiva: su oído es cuatro veces más sensible que el nuestro y por eso perciben sonidos que nosotros ni siquiera escuchamos. No se puede evitar que sientan miedo ante las explosiones, pero si están acompañados por su familia, se sienten más contenidos. Estar con su dueño es la recomendación ideal, pero esto no siempre es posible, ya que algunas personas no festejan en su casa, sino en la de otros familiares o amigos.
Si queda solo
En caso de que el animal quede solo es importante que permanezca dentro de la casa, en alguna habitación encerrado. No tiene que haber ventanas ni puertas de vidrio, ya que ante la desesperación por los ruidos, puede intentar escapar de cualquier forma y corre el riesgo de lastimarse.
Los especialistas explican que algunas mascotas pueden entrar en pánico, por eso es importante no dejar cables sueltos con los que se puedan enredar. Por esta misma razón tampoco hay que dejarlo atado, porque puede saltar y ahorcarse.
Lo ideal es disponer de una habitación amplia, donde el animal previamente se sienta cómodo. Allí se le debe dejar una radio o televisor encendidos a un volumen bastante alto, abundante agua y comida, una luz encendida y algún juguete o algo para morder.
La médica veterinaria Cristina Pagani ofrece una solución casera y bastante sencilla: “La compañía es fundamental. Pero si uno no puede estar con la mascota, tiene que dejarla encerrada en una habitación que no tenga peligros: ni vidrios ni cables. Se le pueden poner unos tapones de algodón en los oídos para mitigar los ruidos de las explosiones y dejarles una radio o televisor prendidos”.
¿Se puede medicar?
Existen gotas o pastillas tranquilizantes para mascotas, que en algunos casos pueden ser una buena alternativa. Pero es muy importante que sea el veterinario el que las recete, y que establezca la dosis adecuada, según la edad y peso del animal. Pagani advierte que si el animal es epiléptico, sufre del corazón, es demasiado joven o muy viejo, estos sedantes pueden tener efectos adversos.
Otra opción, sobre todo si uno viaja, es dejar al animal en una guardería donde le propicien los cuidados adecuados.
Por último, si uno no toma las medidas recomendadas, el animal, en su desesperación, puede escaparse. Por eso es aconsejable colocarle en el collar el número de teléfono o dirección de su dueño. Si no hay tiempo o dinero para hacerle una medalla de metal, se puede solucionar pegándole un papel en el collar con los datos para que pueda volver a su hogar.
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Riesgos para la salud visual
Llegan las fiestas y nos preparamos para disfrutar en familia. Sin embargo, es necesario tener en cuenta ciertas cuestiones para prevenir accidentes, que pueden causar daños irreparables en nuestra salud visual.
De acuerdo al Dr. José María Mugica de la Clínica de Ojos Dr. Nano “son jornadas con gran cantidad de incidentes en los servicios de oftalmología. La gente pierde la noción del peligro: chicos y grandes juegan con pirotecnia sin el menor cuidado”.
Es más frecuente que resulte lesionado quien observa y no quien lanza la pirotecnia.
“Entre los elementos que más daño causan a nivel oftalmológico figuran la pirotecnia y los corchos. Estos pueden provocar desde traumatismos oculares, sangrados internos, quiebres de huesos o hasta pérdidas parciales o totales de la visión”, puntualiza el profesional. Para evitar estos accidentes el Dr. Mugica recomienda: no dejar que los chicos manejen pirotecnia; no ponerla en los bolsillos y evitar colocar petardos en recipientes de vidrio o latas; evitar fabricar pirotecnia casera; cubrir los corchos que se van a destapar con repasadores o toallas; apuntar la botella hacia donde no haya personas; no mirar en forma directa la botella; evitar balancear las bebidas espumantes; en caso de accidentes oculares no tocar los ojos, cubrir el ojo afectado con una gasa y concurrir a un centro oftalmológico lo más rápido posible