El tradicional regalo suele ser el perro, el gato, el canario. Ahora se han incorporado como mascotas reptiles, conejos, peces, hurones y otros animales exóticos. Con motivo de este incremento de mascotas, el Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Ciudad Real informa que, en esta época de regalos, los animales de compañía se prestan a ser una manera sencilla de regalar. Por eso, apunta que el animal no es un peluche, que debe ser un miembro más de nuestra familia y que así debemos de tratarlo.
Valora al animal antes de regalarlo
Ante todo hay que tener claro que antes de regalar hay que hacer una valoración general de la mascota para que posteriormente no sea una carga para el núcleo familiar. El animal debe pasar por la clínica veterinaria para desparasitarlo, empezar medidas sanitarias y seguir pautas profesionales para conseguir una buena convivencia con el quehacer diario. La identificación animal es un ejemplo. Cada especie tiene unas necesidades y el veterinario te aconsejará sobre manejo que debes administrar en cada momento.
Causas del abandono
Olga Tercero, veterinaria de la clínica ciudadrealeña Equican, advierte que la mascota es un artículo de lujo y que al año (dependiendo de la especie) supone un gasto de mínimo de 100 euros ya sea en seguimiento médico y como en residencias: "Una de las principales causas del abandono -informa Olga- es porque las familias no pueden gastar ese dinero. La segunda razón de abandono es porque la mascota supone una obligación diaria y por eso son abandonas en época de vacaciones".
Y como más vale prevenir que curar, el Colegio de Veterinarios llama a la responsabilidad: antes de cometer un delito, valora si esa mascota se puede adaptar a tu vida.
Compañía, cariño y rutina: ventajas
Pero una mascota no hay que considerarla como una carga familiar. La compañía y el cariño incondicional es una de las principales ventajas que ofrece. Además, crea una rutina de paseo, cambia los sentimientos de las personas e, incluso, ayuda a personas dependientes a rehacer una vida normal.
Mascota, sí, pero con responsabilidad
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